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Aunque algunas personas pueden decir que es difícil definir la palabra «cultura», especialmente en el contexto de “cultura corporativa”, y aunque sea verdad que la cultura está tan arraigada en una organización que puede ser difícil describirla, sabemos que es posible definir la cultura como:

Comportamientos compartidos y aprendidos que los miembros del equipo siguen en todas las situaciones.

Cuando hablamos de una «cultura de alto rendimiento», nos referimos a una cultura en la que los equipos están altamente enfocados en alcanzar las metas y superar las expectativas utilizando el máximo potencial (no solo el 70% de él). Para crear una cultura de alto rendimiento, es necesario contar con un liderazgo sólido para definir las iniciativas. Descubre por qué.

Los líderes dan el ejemplo

 

Los grandes líderes demuestran los comportamientos que esperan de los equipos. Si deseas que tu equipo se dedique a una meta específica, como mejorar el servicio al cliente, superar las cuotas de ventas y aprender nuevas habilidades, necesitarás personificar esa dedicación. Digamos que decidas implementar un sistema de feedback “de abajo hacia arriba”, en el cual los colaboradores evalúen el desempeño del gerente. Como líder, debes solicitar este feedback sobre tu trabajo antes de dar esa instrucción a los gerentes y sus equipos. De esta manera, los gerentes ya habrán participado en el ejercicio y habrán percibido sus beneficios. Al liderar con el ejemplo, fomentas la participación del equipo. Al desarrollar una cultura de alto rendimiento en la que el liderazgo tiene altas expectativas con respecto a los miembros del equipo, es importante que los propios líderes demuestren las características de alto rendimiento, de lo contrario, nadie actuará de esa manera.

Los líderes motivan a los equipos

 

Para alcanzar las metas, los equipos necesitan sentirse comprometidos y el líder debe motivar a los equipos para que alcancen ese nivel. Como motivador, un líder muestra a las personas que pueden marcar la diferencia en la situación, que es posible alcanzar un objetivo y que alcanzarlo será importante tanto para el individuo como para la empresa. Cuando los equipos están de acuerdo con estos tres puntos, se sienten totalmente comprometidos en generar resultados.

Descarga la guía: Liderazgo en la Transformación de la Cultura

Un líder motivador debe tener una personalidad carismática para atraer a las personas y hacer que deseen seguirlo y ser parte de visiones y planes más amplios. Afortunadamente, es posible desarrollar el carisma. Mira 10 pasos para hacerlo:

  1. Sonríe con frecuencia y sé amable.
  2. Sé resoluto. Decídete y mantén esa decisión.
  3. Mantente bien informado. Investiga.
  4. Escucha siempre. Permita que las personas se expresen completamente, siempre, antes de responder.
  5. Ten ideas. Esté preparado.
  6. Hable con claridad y convicción.
  7. Anime a las personas.
  8. Crea un ambiente relajado. A la gente le gusta sentirse contenta.
  9. Siempre di la verdad.
  10. Demuestra entusiasmo.

Al evaluar tu comportamiento en estas 10 áreas con frecuencia, tienes la oportunidad de desarrollar una personalidad carismática y aplicar cada una de estas áreas para motivar a tu equipo. Recuerda que la motivación no debe reservarse para el inicio o el final del día. Motiva a las personas en cualquier momento, sin limitaciones.

El alto rendimiento depende de las metas establecidas por los líderes

Solo es posible alcanzar una visión cuando una serie de metas individuales se reúnen de manera lógica. Como esta visión más amplia es definida por el líder, las metas individuales también deben ser establecidas por él. Sin embargo, las metas generales, como “ aumentar las ventas”, no son lo suficientemente buenas para ayudar a tu equipo a lograr los resultados. En su lugar, las metas deben cumplir con cuatro requisitos. Deben ser:

  1. Específicas: las metas deben tener un plazo específico y preciso, no confuso y flexible.
  2. Mensurables: cuando la meta está bien definida, hay alguna manera de medir los resultados.
  3. Claras: las metas deben ser simples y claras para que sean entendidas por todos. En caso de dudas, todas las preguntas deben ser respondidas y la definición de la meta debe ser aclarada.
  4. Orientadas a la acción: las metas describen lo que debe hacerse. No deben expresar intenciones o deseos.

Después de definir las metas, el trabajo del líder es garantizar que los caminos para alcanzarlas no se obstruyan y que sigan en la dirección correcta. Las instrucciones del líder son responsables de reforzar la visión y sus metas subyacentes, ayudando al equipo a mantenerse enfocado y tener un desempeño adecuado.

Los líderes ofrecen autonomía a los equipos y a los individuos

En equipos de alto rendimiento, los individuos utilizan sus conocimientos y habilidades para contribuir al máximo. Para actuar de esta manera, necesitan trabajar en un ambiente donde haya autonomía. En un lugar así, los líderes dicen cuál es el objetivo, pero estos individuos tienen la libertad de determinar cómo deben realizarse las tareas. De hecho, los colaboradores con autonomía mejoran los procesos de negocios, porque sus experiencias en la realización de tareas diarias son diferentes a las de la dirección. Cuando los líderes reconocen esta diferencia, tienen la oportunidad de aprovechar todas las habilidades de los colaboradores.

Sin embargo, un equipo con autonomía aún necesita ser gestionado para garantizar altos rendimientos. Mira cinco pasos para hacerlo:

  1. Inicia una comunicación abierta, frecuente y honesta.
  2. Inicia una conversación para identificar problemas, ideas y progresos.
  3. Proporciona y refuerza una visión e instrucciones enfocadas y claras.
  4. Asegúrate de que se ofrezca un entrenamiento relevante.
  5. Establece límites con claridad y luego permite que las personas actúen con libertad dentro de esos límites.
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La combinación de equipos que tienen autonomía con un líder que ofrece orientación es el secreto para garantizar altos rendimientos siempre.

Los líderes deben comunicarse con eficacia

Un punto en común de todos los liderazgos de calidad es la comunicación. Mensajes claros y simples ayudan a informar e instruir a tu equipo para lograr resultados.

Para comunicarte con eficacia, sigue estos pasos:

  1. Ofrece contexto: la persona que escucha no tiene conocimientos sobre el historial (pasado) y la visión (futuro). Con este contexto, tu mensaje se vuelve más lógico e informativo. Sin él, el mensaje puede no ser entendido. Rápidamente, habla sobre el contexto esencial con las personas, pero recuerda que debes conversar con ellas, no dar una conferencia.
  2. Habla basándote en tus conocimientos: lo que dices debe ser confiable. Tu contenido debe basarse en información precisa, verificable y convincente. Cuanta más credibilidad, mayor será la eficacia de la comunicación.
  3. Habla con convicción y entusiasmo: las personas aprenden con la información (cabeza), pero la emoción (corazón) es necesaria para que actúen y se comprometan. La motivación es contagiosa. Tu comunicación siempre debe motivar, no solo informar.
  4. Simplifica: un mensaje complicado se pierde. Menos información, presentada con claridad y repetida varias veces, es absorbida más fácilmente por las personas y, por lo tanto, es más efectiva.

Cuando estés creando una cultura de alto rendimiento, ten en cuenta que un liderazgo consistente es el gran fundamento para lograr los resultados. Sin un líder motivador, que establezca metas y se comunique con el equipo con claridad, no es posible tener una estructura sólida.